viernes, 25 de febrero de 2011
Reseña en Los Inrockuptibles
Prosa del que está en la esfera
León Félix Batista
Editorial Tsé-Tsé, Buenos Aires, 2006, 273 páginas
Asomarse a la poesía de León Félix Batista es un acto que requiere coraje para abandonar los dictados del sentido y abandono para sumergirse en sus simulacros, sus miles de capas que ondulan y discurren por la obra de este poeta dominicano.
Durante los últimos diez años, Batista (República Dominicana, 1964) viene construyendo una poética que mantiene su estructura de versos en prosa y títulos como parte fundamental de la superficie de cada texto –y así la cuidada trilogía que presenta la editorial Tsé-Tsé puede leerse en vaivén como un paseo sinuoso, de Negro Eterno a Vicio a Torsos Tórridos– pero a la vez inflama cada poema con un lenguaje que se cierra sobre sí en cada uno de ellos, cada uno un mundo en miniatura que late, se expande, se ondula y se escurre, donde prevalece el mestizaje erótico de cuerpos, formas y sentidos. Y en ese mismo movimiento –en esa misma mirada entrópica- abre infinitas posibilidades vedadas al sentido común. Una “ética erótica”, anuncia en el prólogo, donde lo enunciable, como escribe en Negro…, no es objeto de su historia.
Lo que es objeto de su historia es el derroche, puro potlach de la mirada que “vela para develar”, close up a lo impenetrable de la materia: por el microscopio erótico de Batista se escurren los cuerpos –se escurre el sentido– en volúmenes y ondulaciones, nervaduras, esporas, sedimentos, magma, poros que se expanden y se contraen, y sin embargo siempre hay un lugar donde asirse: así como en Negro Eterno los títulos remiten a boleros y canciones populares; y en Vicio son los cuerpos que asisten a la mirada del yo poético y del lector; Torsos Tórridos –tal vez el mas exquisito de la trilogía: Batista juega con lamés, chifones, ligueros y satines como un John Galliano de la poesía– se apoya en una bibliografía que el poeta especifica: textos sobre la moda desde Baudrillard y Barthes a los catálogos de Victoria´s Secret.
“No pretendo dirigir, sí quisiera retener: estragar la realidad con su contrasentido. Para hacerlos incubar, para expandir sus diámetros, me hospedaré en los pliegues, el pensamiento en frío (…)”, escribe en Vicio como una suerte de ars poética. Los pliegues de su poesía dan paso al reino de lo indeterminado, pura sugestión y carnalidad: una fuga de la tiranía del sentido, un buen lugar para perderse.
Ana Wajszczuk
Los Inrockuptibles
(en la foto, Ana y León en el Festival de Poesía de Granada, Nicaragua, 2006)
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Vaya, tremendo, poeta. La Biblia dice que hay que honrar a quien honra merece, y creo que la trayectoria de su obra merece que se le honre, algo que ha estado pasando. Pronto sabremos de León Félix Batista hasta en Burdel Nirvana.
ResponderEliminar¡Mis felicitaciones poeta!