lunes, 23 de julio de 2012

prólogo a "Sin textos no hay paradiso"


Crónico pseudoexcribiente:


Un demente mecanismo da volumen a este día, pero cómo echar a arder un etéreo León Félix Batista que en su tentaviva fugal se nos queda en la garganta. El pataleo se escucha a distancia al descender a la palabra viscosa, gloria de lo avernal, esplendor de lo oscuro; y con oceanidad dictaminante destaza, a golpe de cuchillo alcohólico, la historia oxidativa del agónico lar poetante. Así se deviene en excritor que se neoembarra de cuerpo anglófono desvestido, portal de una cadencia ludens sémica hacia el ideal ótrico, otreico. Así se consubstancia en su vacío dejado por su vacío extirpado. En la plástica po-ética de LFB podemos nobservar el calibre de un latido que valida el poema como ejemplo de cardiograma. A la naturaleza conclusiva, de terrorismo contra la “tumba de estructuras” (Jordi Llovet), añade un grado de resistencia evaluativa. El discurseante, el crítico, especializado o no, que se asoma a la bombética de LFB no agota, arañando sema a sema, la significación total de un monumento megalítico concebido “con determinación y sin cautelas”. Que la frugalidad no venga a la mesa de la burguesía, que es pecado no rabiar contra un universo tan vasto, contra una muerte tan cobarde que no pelea hueso a puño contra nosotros, y que sólo nos permite una chispa de vigilia a cambio de una eternidad de sueño. Que no se quede León ahí sentado en su mesa rumiando la cena opípara, que tome sus poemas y se los estruje en la cara a la luna, que de un pseudolibrazo apague todas las estrellas para que nos quedemos sin luz, ciegos navegando en el negro eterno: hace falta soltar toda la rabia, se hace urgente darle una patada por el trasero al universo y que la sienta el mendigo de la esquina: pongámonos un taparrabos y ametrallemos la maldita hipocresía que nos ha robado la esencia y nos ha dado la angustia. Hace once libros que León nos estimula, que nos contagia indignación contra toda ortodoxia canónica testamental reglamentaria, y en su proceso de crónica pseudoexcrita ha dado tanto como lo que ha quitado. Y como al escribir unas palabras en torno a la bombética leonesca éstas adquieren una obesidad absorbente, nos queda tinta tan solo para una definición de aquello contra lo que él excribe: componente de una suma de anquilosis.

Carlos Reyes
26-6-2011

SIN TEXTOS NO HAY PARADISO, Antología poética de León Félix Batista, Gamar Editores, Colombia, julio de 2012. Prólogo de Carlos Reyes, imagen de portada de Elvis Avilés.