domingo, 9 de agosto de 2020

FRANK BÁEZ, POETA DEL MONTÓN (SEGUNDO ROUND)

10 de octubre de 2012 a las 20:51 Querida comunidad de escritores dominicanos y extranjeros: En ocasiones, con tal de mantener el ranking, debe uno contender con poetas del montón (chatas, sparrings torpes), como el “hombrecito” Frank Báez, peso semipesado y fofo de mi país. Algunos de ustedes presenciaron el primer round de su pelea sucia, irrespetando las reglas del combate, difamando, empleando golpes bajos y manipulando al referí. Pero lo cuento de nuevo, para los que no lo conocían: PRIMER ROUND Cuando llego a principios de 2012 a Madrid a presentar mi libro “Caducidad” (Amargord, Colección Transatlántica 12), me entero, por voz viva de mi editor, de que “un tal Frank Báez, ¿lo conoces?, le escribió a una poeta española, que era una vergüenza que publicaran a León en España”. Me sorprendió el golpe, lo reconozco, porque no había escuchado la campana que llamara a combate, ni habíamos chocado los guantes. Y, sobre todo, porque nunca he hablado absolutamente nada, ni bien ni mal, del tal Frank Báez, poeta que no me interesa precisamente por su mediocridad literaria y sus intereses estéticos pasados de moda. Esa vez no lo denuncié públicamente, sino que simplemente se lo conté a algunos amigos. Luego uno de ellos, Dei Galán, le dijo a Ariadna Vásquez, poeta amiga de ambos, la jugada sucia del tipo, y ésta se lo refirió, claro, negándolo él radicalmente y a través de Facebook. No me importó que lo negara, porque me bastaba con que él supiera que yo sabía de su jugada. Y en su fuero interno Frank Báez sabe que es verdad eso de haber intentado boicotear mi publicación. Por eso cito nombres propios. Esto se confirmó luego cuando Báez habló pestes del poeta de su generación Luis Reynaldo Pérez al editor costarricense Juan Hernández, dueño de “Germinal”. Luis Reynaldo había propuesto un libro para edición, y sin más ni más, fue desestimado por Hernández, sospechosamente boicoteado por el Báez y/o su socio Juan Dicent, uña y carne de Hernández. El caso es que me entero porque Hernández, ante una propuesta de Luis Chaves, me pide un libro para publicármelo, y en esas conversaciones me habla del caso Luis Reynaldo (testigo directo del mismo día en que Hernández me pide por email un libro). (Presento a ustedes el email con la propuesta de Hernández, el 25/05/2012: mira si soy despistado que juré que te había escrito sobre tus libros. busqué el mail y vi que no. los dos me gustaron. me gustaron bastante. me costó mucho llerlos, eso sí. como hablé con chaves, tu poesía es jarcor, no es para maricones como chaves y yo que estamos acostumbrados a la poesía light. Pseudolibro lo leí unas cuatro veces y las notas realmente me sacaron las canas. En principio me lo llevé al banco mientras hacía fila y a los pocos minutos supe que era un libro que no podía leer en la calle, debía leerlo en la casa, calmado, con café y un cigarro. a todo esto, me gustó tu propuesta estética. y cuando te digo que me gustó quiere decir que veamos la posibilidad de que me enviés un trabajo de unas cincuenta página de poemas. en la primera tratá de poner título, nombre, sin hay epígrafes y agradecimientos. decime cómo lo ves y me decís. fuerte abrazo, Juan. Editorial Germinal) Y aquí viene el siniestro segundo round… SEGUNDO ROUND Hace unos días le envié, finalmente, una antología trabajada de mi obra a Germinal. Y, sorpresa, en un diálogo por Facebook salen el Báez y el Dicent, aparentemente molestos de que Juan vaya a publicarme. Comienza, supongo, la labor de zapa, hasta que hoy recibo este penoso email de Juan Hernández (lo copio con todo y faltas ortográficas): “Por lo general, cuando la gente se distancia o toma bando dice "no es personal". En mi caso sí lo es. Aunque en mi caso, León Felix Batista, trato de no ser amigo de los que publico porque son cosas aparte, en el fondo sé que eso es mentira. Con los años me di cuenta que publico amigos y pierdo dinero por los amigos. Me gusta la literatura y punto. Pero así como me gusta la literatura me gustan los amigos y al final meto las manos en el fuego por ellos, tengan o no la razón. Yo mismo soy una persona complicada. He amenazado de golpes a varios, me paso por el culo de manera pública y en actos al gobierno, a la Cámara del libro del país, a las librerías, me paso por el culo de todo y hago, a veces, los peores comentarios del mundo en público. Me encanta oler perico y me he levantado travestis. Mis amigos siempre meten las manos en el fuego por mi. A nivel político ni se diga. Más de 17 años de militar con el anarquismo, no con la izquierda, con el anarquismo. En fin. Por las razones que sean, confío a siegas en los amigos y siempre, aunque sepa que me van a romper la cara en un bar porque otro le toco el culo a la chica de un desconocido, siempre me voy a meter a defenderlos o apoyarlos sin preguntar nada. Si varios amigos me han hecho comentarios dudosos sobre vos y tu labor en el gobierno, no lo voy a averiguar, simplemente me aparto porque confío en ellos y les creo. Es una decisión personal, como todas las que tomo. Sé que los platos sucios se lavan en casa. Yo termino siempre lavando los de todo lado. Sin resentimientos, pero mi lealtad es lo único (creo) bueno que aún conservo. De verdad no espero una respuesta, solo que entendás por qué mejor corto con vos en mi vida personal. Juan Hernández” Esta es, para mí, prueba evidente de las manipulaciones, distorsiones, suciedades y mezquindades del hombrecito Báez. Y también evidencia la reacción torpe de Hernández (tan distinta de la de mi editor en España), que existen editores inteligentes y perspicaces y editores que simplemente carecen de amplitud de miras. ¿Cuáles son esos “comentarios dudosos sobre mí y mi labor en el gobierno”? ¿Sabe el pobre Hernández en qué condiciones trabajo yo en el gobierno, contra qué intereses publico poetas importantes y a cuántos jóvenes, entre ellos este estúpido de Báez, he publicado? Frank Báez ha querido hacer una carrera literaria no leyendo ni escribiendo libros importantes, sino escalando sobre los hombros de poetas que somos más importantes que él. Pertenece a una generación posterior a la mía, y nosotros deberíamos poder entender que necesita diferenciarse. Pero, ¿por qué así, con tanta bajeza? Yo no ando diciendo a nadie que Frank Báez es un plagiario pobre de poetas conocidos. Ni que se la ha pasado esquilmando a su compañero Homero Pumarol, poeta de verdad, aprovechando que vive en una nebulosa de humos raros. Tampoco he dicho a nadie que este payaso Báez, con su camisita a cuadros y su pelo sin recortar (a imitación de su modelo Luis Chaves, poeta también de verdad), es un oligarca disfrazado de poeta libertario, empleado de la Fundación Global del expresidente de la República Leonel Fernández, plataforma que utiliza para agenciarse viajes y relaciones. Conozco incluso a alguien que tiene un estudio comparativo, verso por verso, de los plagios que hace Frank Báez. Pero a nadie cuento estas cosas porque 1) no me importa Báez, me importo yo y 2) porque nunca hablo mal de ningún poeta dominicano, aunque sea tan mediocre como Frank Báez. El ha dicho y escrito infinidad de agresiones contra mí, y nunca le he contestado, puesto que su afán es hacerse famoso a costa de ello. No me llenan, confieso, enemigos tan mínimos, que no aportan ni siquiera sangre legal al combate, sino que la extraen por medio de puñaladas traperas… Desde aquí envío un perdón a Juan Hernández (se lo merezca o no). Al fin y al cabo es una víctima de Báez y sus secuaces, y ha tenido el tino de publicar en Germinal a escritores tan importantes como Luis Chaves, Luis Negrón, Zingonia Zingone y Hernández Montecinos. También porque me importa un bledo no publicar en Germinal (es acaso más importante que Aldus o Amargord?), al fin y al cabo él fue quien me pidió un libro a mí, cosa que hacen muchas otras editoriales. Juan Hernández y Germinal se pierden tenerme en su catálogo y ganan la contaminación de publicar la obra de seres mezquinos como Báez y Dicent. Buena suerte, pues, Juan! En fin, que escribo esta nota para dejar claro que tenemos, en el medio dominicano, un energúmeno malévolo, capaz de azuzar los perros del descrédito contra cualquier poeta que no sea él mismo (fíjense si ha intentado que publiquen a Homerito en el extranjero: NO, porque se enterarían de a quién copia y a quién esquilma y de cuál sombra se arrima). También supongo que cada país tiene su propio Frank Báez, su propio mediocre manipulador. Por eso lo denuncio, porque basta, porque ha hecho esto mismo con varios poetas ya, con gente que no tiene la apostura y seguridad en su obra como yo, porque hay gente inocente que le cree honesto, porque destruye reputaciones, porque falsea su imagen, porque lee muy poco y escribe peor, porque tiene seguidores y aduladores hipnotizados por su verbo espurio, y para que estén alertas los que aún no lo conocen a profundidad. Ojo con este farsante de Frank Báez, que el santo es de palo!!!

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