martes, 26 de junio de 2012

versión de un poema de Derek Walcott

EL PUÑO

El puño que me oprime el corazón
floja un tanto, y boqueo
claridad; pero aprieta otra vez.
¿Cuándo no he amado yo el dolor
del amor? Pero éste ha pasado

de amor a manía. Este tiene el fuerte
agarre del loco, éste está asiendo
el borde de la insensatez, antes
de saltar aullando hacia el abismo.

Sostente firme entonces, corazón.
Así por lo menos sobrevives tú.

THE FIST

The fist clenched round my heart
loosens a little, and I gasp
brightness; but it tightens
again. When have I ever not loved
the pain of love? But this has moved
past love to mania. This has the strong

clench of the madman, this is
gripping the ledge of unreason, before
plunging howling into the abyss.

Hold hard then, heart. This way at least you live.

(foto: Derek Walcott en el Hostal Nicolás de Ovando,
Santo Domingo, abril de 2008)

1 comentario:

  1. DE JUAN FREDDY ARMANDO:
    León Félix:

    Gracias por traducirlo y compartirlo.
    Creo que es un hermoso poema, con gran fuerza creativa y hondura filosófica, porque concibe el amor como una fuerza opresiva, como un puño que golpea, y aunque parte de un símbolo retórico muy gastado -corazón como sinónimo de centro del sentimiento, muy traído y llevado por los románticos hasta casi gastarlo- le recupera la fuerza al símbolo, al renovar el enfoque de su uso.
    El amor, que ha de producir placer, aquí es una fuente de dolor que da gusto, porque se ha convertido en una manía, en un efecto narcótico -amor narcótico, como diría Chichí Peralta-. Al final, acude a otro genial recurso poético cuando convierte al motivo del daño -el corazón con su mala maña de amar desenfrenadamente a quien no le ama o le desprecia-, que lleva a orillas del suicidio, a ese lo convierte en salvación, o al menos deja que se pierda todo, menos el alma, menos el corazón, que deviene desde el placer-amor-puño opresor, hacia tabla de salvación. Es como si la razón, ya vencida se suicidara y le entregara el resto al corazón para que, al menos él, se salve, que salve la imagen del poeta, que si bien ha hecho la locura de perder la vida, que quede el consuelo de que todo el mundo sepa que fue por algo supuestamente noble: el amor.
    Me recuerda aquel poema y una frase de Borges. El poema es uno en que describe un huracán terrible que desordena todo, asusta, aplasta, desordena todo con su fuerte soplo, desespera, coloca contra la pared, casi mata y al final, el maestro porteño nos dice: es el amor que ha entrado al cuarto. La frase es la que dijo en una entrevista: "Solo la persona que amas puede hacerte daño".

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