lunes, 26 de diciembre de 2011

Un poema de Clayton Eshleman


INDETERMINADO, ABIERTO

[Figuraciones humanas parietales
en la cueva de las Combarelles]


Una línea dorsocaudal
planeando
una línea ventral

grabada en el techo del túnel por alguien boca arriba

Incipientes
cielo
y
tierra

*
El humano es indeterminado, inicialmente inconcluso

*
Torso femenino ladeado
tangente a
una línea equina cervicodorsal

la contingencia híbrida

*
Del muro de cuero de elefante
una despedazada no-cabeza con ojo triangular
sostenida por un jirón de palma y brazo en divergencias riverinas

Debajo flota un pecho inmenso, vencido,
el pez luna a través de calizas superficiales

*
Líneas germinantes plantadas en nalgas femeninas ascensionales,
portadoras del empuje,
una erección

*
¿Qué es un nódulo? Puede ser un pezón
del que se extiende un par de líneas
atravesando el barro hasta la piedra caliza,
como si por rayos equis
el canal de la vagina fuera más profundo

*
Sin ojos
cuya nariz
sólo el “vagón de la cabeza”
humaniza

*
¿Cuenca de máscara observando el dorso de la cabeza de alguien
o es aquello el abdomen de una araña?
El perfil revela un vejancón sin pelo, hocico de venado

*
Una pata trasera de caballo perfila un tronco de mujer,
su torso y cabeza enfalada dentro de la pierna,
sus ojos sacudidos mirando sin mirar

*
Grabado en caballo se marchita,
troncoangular, combado, sentado, gracioso

*
En la periferia entre naturaleza y naturaleza humana,
entre conciencia e inconciencia,
yo increciente

*
Sobre el filo de altar de una inmensa,
rayada, abierta vulva
sobrepuesto al costado de un caballo,
un contorno de mujer dorsocaudal establece su
porqué

*
Doblado hacia adelante, un hombre cabeza enfundada,
combado por el vientre
itifálico, gesticulando jódetes–
usando su trasero como espalda
gira hacia nosotros una media cabeza sin brazos y una pierna
como si fuera

*
Cabeza enfundada quizás mostrando el dedo
a un espectro de dinosaurio entumecido
cagando a la vez que se prepara a montar
un bálago de cuarto trasero

*
En un vientre de caballo
un proganto peludo se extiende y mira
al espejo sugerido por la mandíbula

*
En el fulcro de un muslo vertical
el bulto dorsoventrocaudal

*
Jirones de cabeza y cuello de un feto de fantasma
hasta su único ojo en horizontes

*
Un montón de vulvas corneadas

*
Una humana erección en ascenso
con una cabeza de antílope bajando
como en una circular revolución

Como si el siglo XX estuviera empotrado en ese eje

*
Cabeza de muerte blindada con labios de mandíbula vulvares,
escotada,
embarbada,
con escudo en la nariz,
un ojo un guijarro,
el otro una vulva brotada,
sin boca y
tachado



[para Monique y Claude Archambeau]

“El no habrá de cooperar con gusto, juicio, estándares estéticos”, palabras escritas en el New York Times Book Review acerca de la poesía de Eshleman. No es extraño: las concesiones no son precísamente atributos de este poeta, contradictor, asiduo a las negaciones, constructor por desmontaje. Su furor no tiene límites: editor incansable de revistas, desde Folio (en sus años de universidad) pasando por Quena y Caterpillar (bilingüe la primera, concebida y abortada en su primer número en Lima y por razones de orden político; la segunda, de 1967, considerada la más importante de su época) hasta la última Sulfur, recién desaparecida en 2000, luego de 46 números y casi 20 años; traductor al inglés -el de mayor categoría- de Vallejo, Césaire, Artaud y el Neruda de Residencia en la Tierra, envuelto en los alucinógenos tanto como en los movimientos anti-bélicos, viajero por Oriente y los países del sub-mundo. Por último encontramos al poeta aplicado al estudio de las cuevas paleolíticas de Francia y España, contínuamente y a partir de 1974. Sus libros Hades in Manganese (1981), Fracture (1983) y Under World arrest (1994) desarrollan en parte esta temática. Hotel Cro-magnon (1989) y From Scratch (1998) lo hacen de manera muy particular.

Una de sus principales transgresiones, analiza Eliot Weinberger en la introducción a la antología The Name Encanyoned River: poesía que ve la vida de la mente como una serie de imaginativas confrontaciones con el “otro” –otros humanos, otras especies, el otro histórico, el otro geográfico, el otro personal. Ese otro histórico (una constante en la poesía norteamericana del siglo: para Pound la China Antigua, para H.D. la Grecia Clásica, la Mesopotamia para Olson, el Neolítico para Snyder) es para Eshleman, básicamente, el Paleolítico Superior y con su tratamiento ha levantado un mito: que el Paleolítico representa la crisis del hombre separándose del animal, el nacimiento (al tiempo que caída) original del hombre. A este modelo habría que añadir las influencias recogidas de Vallejo y Artaud (este último aplicado en lo que Eshleman llama “lower body”, cuerpo bajo: semen, babas, excremento, flujo menstrual...); la exploración de la mujer en What She Means (1978) y los múltiples datos autobiográficos que deja colar de línea en línea. Como se ve, una poesía plural y desbordante, apenas traducida al español.

Clayton Eshleman nació en Indianápolis, Indiana, en 1935. Ha publicado alrededor de 12 poemarios y traducciones de, además de los ya mencionados, Michel Deguy, Bernard Bador y Vladimir Holan. Hace 24 años trabaja en Juniper Fuse: Paleolithic Imagination & the Construccion of the Underworld, un texto en 400 páginas compuesto de ensayos, poemas en prosa, poemas, conferencias, notas, marginalia y material visual.

(De: An anatomy of the night/Una anatomía de la noche, antología de distintos libros traducida por León Félix Batista, Aldus, 2012)

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